Estimados el conocimiento de las querencias o la tendencia del toros por acudir a determinado sitio de la plaza, o ir a parar a él tras cada suerte es bastante antiguo. Según decía en la cartilla de la biblioteca de Osuna, que era muy a tener en cuenta que por donde entró el toro, siempre tendrá el toro mas cariño buscando la salida.
Previene asimismo de los riesgos de ejecutar las suertes estando el toro embebido en tal querencia, circunstancias hoy validas, y que hay que dejar que se canse y que esté en medio de la plaza para ejecutar las suertes. Asimismo D. Jose Daza conocía bien las querencias, aconsejaba a los picadores que no dejaran al toro apoderarse de ningun sitio, por se peligrosas sus arrancadas. Antes que Daza , Garcia Baragaña hace una observación de que en las plazas que tienen rinconadas sucede muchas veces acularse los toros sin poderlos sacar y da las reglas para salvar esta situación. Segun Pepe Hillo, todos los toros, sin excepcion manifiestan inclinación decidida a la puerta por donde entran en la plaza y al toril por donde salen.
A esta querencia se le llama naural, pero además hay otras casuales, y se manifiestan en los lugares de la plaza que ha habido toros muertos, tierra humeda, movida etc. Esta prevención es tenida en cuenta por los diestros, para no oponerse a las querencias de los toros en los remates o salidas de las suertes, pues es ir en contra del poderoso impulso dichos toros.
Segun el tratado de Montes decia en cuanto a las querencias " toda suerte que se haga dejando al toro libre su querencia, además de ser segurisima, es muy lucida y por consiguiente, las que se efectúan sin este requisito serán expuestas y desairadas". Segun Montes la manera de hacer abandonar dichas querencias, consiste en hacerele ingrato la estancia en el lugar a que se ha aquerenciado. Por ultimo se resume en la seguridad en la suerte con los toros que toman querencias estriba en atenderlas, dejandolas libres y expeditas.
Los diestros tienen que jugar con estos elementos normales de las suertes y en el conocimento del animal y de sus defectos y manias poder realizar la faena que el toro requiere, pues no existe un toro igual a otro, en su forma de comportarse durante la lidia.
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