Estimados, todavía resuenan los ecos de la magnifica actuación de José Tomás el diestro de Galapagar, en el coso romano de Nimes.
Actuación prodigiosa, combinando el estilo puro del estoicismo, la quietud, con los aires mexicanos con caleserinas, gaoneras, saltilleras. En cada toro ofreció un repertorio variado, con capote y muleta, siempre en el minimo espacio en el embroque, con verticalidad, y con una pureza prodigiosa. Hubo series de una limpieza y de una pulcritud, en las que se paraba el reloj, al movimiento acompasado de las muñecas, naturales y derechazos con un temple memorables. Gran José Tomás y gran fuente del tomismo, que bebe en las fuentes del toreo pasado de Belmonte de Manolete, y del presente en la tecnica mas depurada y pura que puede existir.
No hay duda que dejará un huella indeleble esta actuación, en Nimes, que si hay algo de añoranza y de envidia sana, es que no se hubiera llevado a cabo en alguna plaza de toros de España.
Ni es ni será el mejor de los toreros, de los que hoy componen el escalafón, pero sí es de los que se hablará siempre, de su concepto del toreo y de su armonia para embarcar sus obras de arte. Formará el elenco de diestros que tienen historia y leyenda en el toreo.
Naturalmente que estos 6 toros eran escogidos para esta ocasión, pero no es menos cierto que incluso el toro del indulto fué escogido por el propio ganadero de Parladé. Y ya sabemos que en el toreo 2 y 2 no son 4, pues el toro se ve en la lidia en la plaza, aunque venga precedido de una buena reata.
Temporada corta la de José Tomás, este curso con 3 actuaciones, meditadas, pensadas. La terna, el mano a mano, y en solitario, que dejan un halo de esperanza y de ansiedad por volver a ver a este gran torero. Mientras se especulará con sus actuaciones, con su misterio, con sus pensamientos, llenando portadas de periodicos y tertulias radiofonicas, y el a lo suyo, a su refugio, a meditar y a preparar su mente y cuerpo para el proximo curso.
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