Estimados estamos es tiempo de tientas en las ganaderias de nuestra geografia española, previa a la lidia que se hace de la bravura de la reses, indispensable para conservar el encaste de la ganaderia. En Navarra donde han conservado los viejas costumbres, incluso en esta practicas, aún muy recientemente se reducía la prueba a una primitiva y sencilla experiencia: soltábanse en un corralillo, en cuyo centro se ponía un cesto o muñeco a las reses, y se observaba su conducta en la encerrona, deduciendo de ella su acometividad y temperamento.
Esta prueba solía hacerse tras la marca o herrar al becerro, para que con el dolor de la operación saliera mas enfurecido. Así en un principio debió hacerse la tienta por los procedimientos mas elementales. De ganadería castellana solo se probaba la bravura de los becerros soltando uno a uno en un corral en cuyo centro se colocaba un dominguillo , mereciendo la aprobación el que remataba en el bulto. En 1896 al publicarse la Tauromaquia de Guerrita, se afirma que la costumbre de la tienta iba generalizandose en casi todas las ganaderias. Dos procedimientos son los mas elementales en corral y en campo abierto. En ambos es fundamental someter a la res a una prueba de resistencia al castigo de la puya, y en uno y otro caso se organiza un remedo o anticipo de la suerte de picar, que por dolorosa y por ser obligada la voluntad de la res en su consumación ha parecido la más apta para pobar su resolución, bravura y resistencia al castigo. La tienta en corral se verifica en plazas acondicionadas en las dehesas.
Una vez la res en la plaza debe observarse minuciosamente sus movimientos y acciones, su acometividad, y sus reacciones al castigo de la puya. A los machos no debe toréarselos en absoluto , por razones obvias y llamarles la atención lo indispensable. En cambio a la hembras debe hacérseles una lidia muy semejante a la de la plaza, una vez informado el ganadero de su conducta espontánea antes de fijarla, esta operación suele hacerse con el capote y torearlas cuanto parezca conveniente. Ello permite enterarse de la manera de embestir la res a los capotes, de su estilo parte esencial en su calificación. La suerte de la puya en cambio gradua su resistencia al castigo, su acometividad, su nervio. La sangre llega a veces hasta la pezuña en ganaderos exigentes, realizando las anotaciones de la tienta en corral y las querencias dichas, como todas las circunstancias hay que anotarlas hasta en sus menores detalles. Terminada la operación el ganadero apunta las letras M,R,B, y S, (malo,regular,bien,y superior). La tienta a campo abierto tiene como objetivo fijar a la res, el sistema usual es el acoso y derribo con garrocha y a caballo, apartada la res del rodeo es acosada por una collera de jinetes y derribada a garrocha.Hay reses celosas que con el acoso se paran, hacen frente a los caballos desafiando e imposibilitan el derribo. Es pronostico de bravura que han de comprobar en la pelea con la puya, en cambio lo es de mansedumbre el que necesita más de una caida para fijarse.Cuando la res hace frente se presenta ante ella el tentador, previamente dispuesto, y desafiandola en terreno propicio consuma la suerte de picar. Los machos destinados a sementales, así como algunas hembras de dudosa calificación en primera instancia suelen pasar una nueva tienta que se denomina retienta. Los machos suelen tentarse de erales (dos años), lo más tarde, y las hembras lo mismo y aun de utreras (tres años). Esta operación es pretexto para la reunión de amigos en cortijos y dehesas que el ganadero festeja y agasaja además sirve para curtir a los nuevos valores en la profesión o para toreros expertos que disfrutan de un dia de su diltada trayectoria, pero siempre con el maximo respeto y silencio, porque en realidad estas fiestas junto a las capeas son las únicas academias taurinas que hoy susbsisten. Aqui habrá que discernir entre machos y hembras para semental o machos para la lidia taurina. Conocida la casta y familia, y seleccionados los reproductores debe tener el ganadero suficientes garantias para presumir de un minimo de bravura en el toro, bastante para decidir su lidia. La tienta a campo abierto a caballo tiene su cuna en Andalucia. Solía decir el maestro Ignacio Sanchez Mejias que los toros tienen el mismo carácter que sus dueños. Pues bien estas preferencias llevaran al ganadero a enaltecer en la tienta de reproductores, machos y hembras los que mejor se adapten a ellas, y a la larga modificará las condiciones de bravura de una ganadería siempre en la dirección de su carácter, cuyas preferencias marcan el camino de la selección, estas condiciones se aprecian mejor en la tienta en corral, claro es que esto tan solo se puedc hacer en las hembras, o en los machos que por destinarse a reproducción nunca han de lidiarse. Es sabido que el toro recuerda cuantas faenas se hacen con él. Por último las hembras y aun los sementales que no han de lidiarse es preferible la tienta a plaza cerrada, y los machos deben tentarse a campo abierto, evitando en su trato con ellos cuantas suertes puedan recordarles las que con los mismos se han de practicar en los ruedos.
Muy bien cada día que pasa el blog está más guapo
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