martes, 28 de diciembre de 2010

EL DERRIBAR A LAS RESES EN EL CAMPO

Estimados, el derribar a las reses en el campo, desde la publicación de la Tauromaquia viene considerandose como una suerte más del toreo, entre las que se practican a caballo. La describía D. José Daza en un capitulo "Describense las faenas herradores de Andalucía en la que se gradúan los buenos picadores".
Es una operación de campo, si bien puede ejercitarse tan solo como deporte o recreo, aunque mas veces se practica como preliminar de otras faenas, tales como la tienta a campo abierto. Su tradición data del siglo XVIII. Se puede decir que de todas las operaciones y suertes que se practican con los toros esta es la que ha experimentado menos variación .La garrocha debe descubrir de la puya tan solo como media pulgada para que apenas pueda asir la piel, sin hacer daño, aunque sufra muchas acometidas.
Los caballos han de estar bien domados y ser fuertes y ligeros, ya que estos son los que empujan y no el brazo del jimete, que lo que hace es sostener la garrocha y muy ligero porque en la velocidad del caballo se libra la violencia del impulso.
Hay que acosar a la res, a todo palo tendida hay que procurar agarrarlo en lo mas alto y trasero de las aneas pues es el punto en el que empujándola, se logra mejor desequilibrar y hacer caer a la res. La velocidad de la res debe atemperarse a la de esta durante el acoso, pero en el momento del lance de derribo ha de superarla en mucho en violento. Esta faena deben hacerla al menos dos jinetes o collera, y que la misión del que no entra a derribar y que se llama amparador, es atajar a la res en el momento preciso para  hacerla sesgarse en su carrera, momento en el que aprovecha el derribador para hacer caer a la res. Segun el tratado de Daza existen tres estilos:
El principal echar el caballo a la falseta, el segundo echarlo a la derecha o echarlo por la mano, y el tercero echar la garrocha por encima del brazo o de violín.
El primero se ejecuta cuando la res lleva querencia donde ir a refugiarse, que ansiado por llegar a conseguirlo no cuida otra defensa, entonces se previene el caballo por el lado derecho de la que se acosa, apartado y virado y yendo a mas corta distancia, enristrada la vara de todo su largo se le pone en lo altivo de su palomilla, arreando bien el caballo contra la garrocha y forcejear hasta hacerla caer, cuidando que al caer o no de la res pase el caballo al otro lado por detras de la cola bien arrimado, pero no tanto que tropiece o caiga en ella. El segundo de echar el caballo a la derecha, es el más comun, para él se toma el izquierdo de la res, que va huyendo, a igual distancia y términos que los expuestos en la falseta, pero con la diferencia que ha de salir el caballo junto a la cabeza de la res que se acosa, caiga o no caiga. Y si llega el embroque, se ha de salir por la izquierda para librarse y no tropezar en ella cuando se cae. El tercero de echar la garrocha por encima del brazo y cuello del caballo, se practica en el mismo modo que en la de la falseta respecto a elección y distancia de echarle, pero si el jinete y caballo no son diestros llevan el riesgo de enredarse si la res se embroca, cuando no caerse encima de ella, porque precisa la garrocha y las riendas del caballo, y la dirección de esta va de medio en medio de la res, o si es diestro el jinete tendrá que salir por la cabeza, y es por eso que está esta moda dada por defectuosa. Ha de tenerse tambien por regla general en los tres estilos la de proporcionar cada jinete el poder y la velocidad del caballo que lleva, la fortaleza de la res y el poder que ella lleva, templando estas circunstancias con armonia. Es importante saber que cuando se esté derribando debe llevarse la garrocha cerca de la extremidad y apoyada en el brazo izquierdo, no armándose hasta el instante de enristrar. El origen del derribo parece andaluz aunque tambien se practica en Castilla, y que de la práctica de este deporte debe advertirse que es tan solo útil y recomendable como preparación para la faena de la tienta a campo abierto.

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